Sunday, April 02, 2006

El cuento. Casi

Antes de haber llegado a Uyuni en tren desde Oruro, estuve en Cochabamba. Una ciudad donde me quede tres noches a pesar de haber tenido una experiencia muy diferente a la que me hubiera imaginado. Llegando a Oruro decidi caminar con mis dos mochilas hacia la estacion de tren para salir a Uyuni. Luego de enterarme que el tren no saldria hasta el dia siguiente busque un hostal cerca. El no tener una reservacion en un hostal, estrategia que estoy siguiendo desde que sali de Salvador-Brasil, da a veces una sensacion de vagabundo, que mezclada con la incertidumbre y el cansancio, influye mucho en la intuicion y la billetera. Decido siempre por lo mas barato pero el trato del dueño o recepcion a veces me hace salir como si me hubieran dado un cachetada. Pero asi aprendo. Pero la mañana al llegar a Cochabamba de Santa Cruz fue mas bien una despertada al folclore que existe por aqui. Al que uno no piensa mucho hasta que le sucede. Un señor que tambien `buscaba` hospedaje se hizo amigo para caminar juntos y encontrar lugar para dormir. Yo que soy de los no confio mucho al primer momento de acuerdo a la situacion decidi bajar mi guardia, la que tuve bastante alta en el tren de la muerte, y segui con el. A media cuadra se acerco otro personaje que dijo ser policia y diciendonos que habia sospechas de turistas portando bombas como el caso del americano y la uruguaya en La Paz, nos pidio nuestros documentos, los que mantuvo en su mano y nos indico que teniamos que ir con el para ser reconocidos en el hostal donde los sospechosos se habian hospedado y luego a la jefatura para reportar que estabamos limpios. Un frio lleno mi estomago, y no quize creer una palabra de lo que decia esta policia sin uniforme. No se como atine a quitarle mi pasaporte de sus manos. El paro un taxi y nos obligo a subir. El frio que tenia en el estomago paso hasta la palma de mis manos, y dije que revise en la calle misma mi equipaje. Un tercero salio diciendo suba rapido. No corri pero di desde la puerta del taxi unos pasos para atras. Me sorprendio que estos tres criminales que habian planeado llevarme, como al turista del dia, y llevarse todas mis pertenencias no reaccionaran de una manera mas agresiva. Ellos se subieron al taxi y arrancaron, mientras un grupo de personas ya se habian juntado en la esquina viendo todo este suceso como si fuera una pelicula. Quiza por eso ellos salieron rapido en el taxi. Habian hecho mucha luz para tan temprano.

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